Si a la globalización la
consideramos como un proceso
multifacético, es decir, que contempla no sólo el ámbito económico y
financiero, sino que incluye cuestiones políticas y socioculturales, podemos
afirmar entonces que es un proceso irreversible, debido a que en la actualidad
no representa sólo a intereses de las grandes oligarquías financieras, sino que
contempla, por muy minúsculo que sea, el que diferentes civilizaciones
compartan conocimientos, nuevas técnicas de producción, acceso a nuevas
tecnologías como la internet y como bien lo señala Sen (2002, p. 1) que “la
globalización ha contribuido al progreso del mundo a través de los viajes, el
comercio, la migración, las mutuas influencias culturales y la diseminación del
conocimiento y el saber”. Está claro, entonces, que la globalización
difícilmente pueda ser irreversible puesto que está inmerso en la vida
cotidiana del ser humano en todos los rincones del orbe. En este sentido, es
posible afirmar que el proceso de la globalización es hasta deseable desde el
punto de vista científico y al respecto podemos mencionar como “la expansión
global de la ciencia, la tecnología y las matemáticas habían cambiado la
naturaleza del Viejo Mundo” (Sen 2002, p.2). Ahora bien, retomando en sí la
pregunta planteada, es importante señalar que dicho proceso y con los procesos
de integración que conlleva podría ser hasta una herramienta que los diferentes
países pueden aprovechar para volverse más competitivos, pero para ello será
fundamental eliminar o reducir las asimetrías que la globalización ha dejado y
combatir por su puesto las concentraciones en los mercados financieros y evitar
lo que sus detractores consideran como “el predominio de la economía sobre las
otras esferas de la vida social” (Chesnais 2005, p. 7).
Finalmente,
es posible concluir que el proceso de la globalización es irreversible, puesto
que se ha fortalecido más principalmente en las esferas más importantes que
definen el curso del desarrollo de las naciones y estos son la economía, las
finanzas, la ciencia y la cultura. No queda más que apropiarnos de dicho
proceso y evitar que decida el curso de la vida democrática de las diferentes
civilizaciones. Alternativas siempre habrá para reducir los efectos negativos
que la globalización ha provocado, y para lograr una mayor equidad e igualdad de oportunidades entre los seres
humanos no que más la vía de la educación e información crítica y puntual.
2.- ¿Cómo ha afectado el tema agrícola en las negociaciones de la Ronda de Doha?
Las afectaciones del tema
agrícola en las negociaciones de la Ronda de Doha han sido de tal magnitud que
hasta logró la suspensión de las negociaciones, principalmente por la oposición
de los países en desarrollo a abrir sus mercados y por las diferencias de
países como “Estados Unidos, Brasil, India, Australia, Japón y la Unión Europea”
(López & Muñoz 2007, p. 5). El tema agrícola es particularmente sensible en
los países desarrollados y a pesar de que ya no representa un porcentaje
preponderante en el PIB mundial sí representa una fuente insumos importante
para la industrialización de productos, es decir, la agricultura como lo fue en
la era del imperialismo sigue dotando de materia prima a las grandes industrias
y además es un mercado muy volátil en el sentido de que contribuye a la
especulación de los intermediarios que son quienes le sacan mayores beneficios
al comercio de los productos agrícolas. Y es de esperarse, por tanto, que los
países desarrollados se opongan a abrir sus mercados y darle preferencia a las
economías en desarrollo, puesto que lo que se pretende es que el sector agro
contribuya al desarrollo como medio de sustento de las regiones rurales y esto
sin duda representa pérdidas para el mercado internacional agrícola.
Especialmente es importante retomar la Declaración Magisterial de Doha que pone
en la mesa de discusión el objetivo de lograr: “mejoras sustanciales del acceso
a los mercados; reducciones de todas las formas de subvenciones a la
exportación, con miras a su remoción progresiva; y reducciones sustanciales de
la ayuda interna causante de distorsión al comercio” (Pérez 2005, p. 2). La
Declaración Magisterial de Doha implicaría que el mercado agrícola se volviera
más competitivo y reduciría las rentas de las grandes potencias que controlan
dicho mercado y esto en aras de darles un trato preferente a los países en
desarrollo. Adicionalmente tenemos que el mercado agrícola está más ligada con
las condiciones climáticas y con ello ante las sequías recurrentes en
diferentes partes del mundo hacen que la comida se encarezca día a día y si a
esto le sumamos el proteccionismo de los países desarrollados provoca sin duda
la subida de los precios de los productos agrícolas y la distorsión del mercado
agrícola internacional, por ello es importante las negociaciones planteadas en
la Ronda de Doha que desgraciadamente sigue en la mesa de discusión y lo
seguirá principalmente por la presión que ejercen los países desarrollados ante
la amenaza a la reducción de minimis (ayudas
a productos específicos, por un valor que no exceda el 5% del valor total de la
producción), esto porque la Ronda de
Doha tiene el objetivo de lograr “reducciones significativas en estas ayudas para
los países desarrollados” (Pérez 2005, p. 11).
En lo
que respecta a las posturas, tenemos el caso de Brasil que pretende y pone en
la mesa de negociaciones “una reducción
significativa de las medidas de apoyos internos y su disociación con los
procesos de producción” así como “la eliminación total de los subsidios a la
exportación” (Ferreira & Togeiro 2004, p. 2). Sin mayor preámbulo, la
postura de Brasil obedece a que es una de las economías con mayor producción de
soya (http://www.jornada.unam.mx/2012/09/18/economia/028n1eco
Obtenido el 23 de Octubre de 2010) que junto con Argentina representan el 50%,
sin embargo esto beneficiaría a las demás economías que sufren las
consecuencias del proteccionismo aplicado por las economías desarrolladas y
como se ha mencionado anteriormente implicaría una mayor competitividad y que
aunado a la preferencia que se les dotaría a los países menos desarrollados
conllevaría a una mayor equidad en el mercado internacional agrícola, en
resumen se pretende “establecer un sistema de comercio equitativo y orientado
al mercado mediante un programa de reforma fundamental” (OMC 2003, p.86).
3.- Organismo multilateral: Organización Mundial del Comercio (OMC)
En el proceso de la
economía global existen muchos organismos multilaterales, pero bajo una
perspectiva muy personal, la Organización Mundial del Comercio –OMC en español-
(World Trade Organization, WTO) es el organismo que mayor alcances ha tenido
para contribuir en el fortalecimiento del comercio internacional y con ello al
proceso de globalización. Si bien la OMC no tiene injerencia en las políticas
de cada país, al menos es un ente que está para resolver las controversias
relacionadas con las prácticas que dañan al comercio internacional y aquellas
que ponen en desventaja a los países menos desarrollados. Aunque en la OMC
falta mucho por hacer, debido a que como lo señala A. Rose “la pertenencia a la
OMC no modifica significativamente los patrones comerciales de los países
miembros respecto a la composición de los de otros países equivalentes no
miembros” (SGESE-ICE 2002, p. 1). Lo anterior claramente obedece a las formas
de pertenecer a dicho organismo como son las de facto y los de iure y lo que
más impacta en el funcionamiento de la OMC es que la mayoría de los países
miembros por derecho son desarrollados y son los mismos que se oponen
fuertemente a la eliminación de las barreras arancelarias. Así entonces, aún
existe gran reticencia por eliminar las barreras comerciales y arancelarias lo
que conduciría a una mayor competitividad en los mercados internacionales.
En
cuanto a la importancia de la OMC en el proceso de la globalización, es
indiscutible que ha ayudado a plantear nuevas formas de abrir los mercados y
principalmente el de los países en desarrollo, bien lo considera Red Tercer
Mundo (1997, http://www.redtercermundo.org.uy/tm_economico/texto_completo.php?id=1969,
Obtenida el 23 de Octubre de 2012) “la globalización, que ha sido
institucionalizada en la OMC es un proceso de gran alcance que ha quedado
librado a su propio accionar en la economía mundial y cuyo resultado es un
desarrollo global desigual que beneficia a unos pocos y margina a muchos”. La
idea anterior es el resultado de las grandes asimetrías que se viven y con los
que los países subdesarrollados o los países capitalistas periféricos tienen
que lidiar para intentar alcanzar ser escuchados en la OMC y eso cuando son
miembros. En definitiva, la OMC ha contribuido a la liberalización de los mercados,
pero hay que tener en cuenta que sólo ha beneficiado a los países desarrollados
que son los que al fin de cuentas cabildean y presionan al organismo para poner
reglas que de antemano saben les beneficiará. Es importante destacar entonces
que los países que abogan por la liberalización de los mercados de productos y
principalmente financiero, sólo lo hacen para obtener beneficios en perjuicio
de las economías en desarrollo y si bien gracias a la OMC hoy en día tenemos acceso a diferentes bienes
y servicios, ello no ha implicado que exista una mayor competitividad en los
mercados internacionales y esto debido a que las potencias económicas abogan
por el libre comercio una vez “consolidado un poderoso aparato productivo a
través de la acumulación de capital derivada del mercantilismo y el
colonialismo” (Red Tercer Mundo 1997, http://www.redtercermundo.org.uy/tm_economico/texto_completo.php?id=1969,
Obtenida el 23 de Octubre de 2012). De esta manera y desde la perspectiva personal,
la OMC es y ha sido la herramienta ideal de la globalización para lograr los
alcances que hoy ha logrado, esto es, fortalecer aún más las grandes potencias
y la hegemonía económica y financiera, tanto que no se ha logrado un consenso
en las negociaciones de la Ronda de Doha y que permita a los países menos
desarrollados a acceder a los mercados agrícolas de los países desarrollados.
Finalmente la OMC desde la perspectiva de beneficiar a los grandes potencias ha
sido fructífera en el proceso de la globalización, pero no así para que se
logre un proceso de desarrollo equitativo y actualmente pareciera que para que
un país acceda al comercio internacional es requisito pertenecer a la OMC, y
esto sólo deja en claro que el proceso de la globalización no es compatible con
los procesos democráticos.
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